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Domingo-Luis Hernández

A los pocos meses de su nacimiento, la familia se trasladó a Tenerife, donde reside desde entonces, con breves estancias en el extranjero. Desde muy temprana edad publica trabajos narrativos en diversos periódicos y revistas insulares como La Tarde, Cofre y Alacena, Fablas, etc. Su actividad creativa en estos años también se materializa en la realización de guiones cinematográficos, como El infortunio de Alonso Ramírez (premio del Primer Concurso de Guiones Cinematográficos instituido por la Caja General de Ahorros de Tenerife), y de los films La mugre y La historia de María Díaz, junto a Pepi Dorta.
    Pero su inclinación literaria desemboca en la carrera elegida: Filología Hispánica, que concluye en 1980 en la Universidad de La Laguna. Ejerce entonces como profesor en la Escuela del Profesorado de EGB de La Laguna y colabora en el Departamento de Literatura Hispanoamericana de la aquella Universidad donde trabaja en su tesis doctoral sobre el tema «La narrativa de Roberto Arlt», que defenderá unos años después. Por este motivo, estudia también en Buenos Aires.
    Comienza a publicar sus trabajos críticos en Revista de Filología de la Universidad de La Laguna y en Liminar. Además, funda y coordina junto con Manuel V., Perera y Nilo Palenzuela Borges la Colección LC, en la que se editan varios monográficos sobre literatura canaria, así como algunos materiales complementarios, como unos poemas suyos reunidos bajo el título hEcatoMbe (1982) y una novela corta: Triángulo (1984). Esta primera experiencia narrativa de largo recorrido posee una estructura de novela policíaca, así como referencias al cine (Bonnie and Clyde), al teatro (Romeo y Julieta), y a series televisivas de esta temática. Soledad urbana, relaciones pasionales, pasajes grotescos, cainismo, existencialismo y giros rápidos, componen esta obra de la que Juan Manuel García Ramos ha señalado que «queda de manifiesto la pericia en la construcción del relato, un esfuerzo por huir de la linealidad fabuladora en beneficio del montaje, técnica que no nos alivia de relacionar a nuestro autor con sus trabajos cinematográficos de los comienzos».
    Este mismo año es finalista del Premio Nacional de Novela Benito Pérez Armas con El ojo vacío. Considerada por Juan Manuel García Ramos como «una obra de madurez narrativa», recibirá un premio de edición y será publicada en 1986. También este autor ha comentado que «El amor, el sentido de la culpa, eran las preocupaciones de los héroes de Triángulo, no ausentes tampoco de las páginas de El ojo vacío junto a la soledad y la cobardía de sus criaturas, constantemente interesadas por subvertir su propia imagen, la búsqueda de una otredad ventajosa». Su siguiente entrega narrativa, Erich el zurdo, aún no publicada, estuvo entre las diez novelas finalistas seleccionadas para obtener el Premio Planeta 2006.
    Tras un breve precedente, los textos primerizos de Hecatombe, un conjunto muy breve de poemas visuales o espacialistas, su primer libro de poesía es considerado Ilión, Ilión o Troya irresurgente (1986). En él se refleja una lectura contemporánea del mito, donde se pone en entredicho la causa del amor entre Paris y Helena y la invasión de Troya, aunque el poemario surge de la traducción directa del pasaje correspondiente de la Eneida de Virgilio. Tal  como lo concibe Domingo-Luis, esa traslación literal es el material primario para construir el libro que, por lo demás, estaba (y está) pensado (con variantes) para componer una entrega mayor en cuatro partes que se llamará Mitosis, sobre otros tantos temas sacados de los textos originarios de Occidente. Taller de tránsfugas sería la segunda parte. En el futuro se convertirá en un compendio total con esas características, de tal suerte que el nuevo Ilión ya está muy avanzado y su autor espera concluirlo pronto. Por tanto, este poemario presenta una recreación del mito para desmitificarlo y proyectar, como ha dicho Juan Manuel García Ramos, «una meditación poética» y un «ejercicio más singular e independiente». 
    La siguiente entrega poética de Domingo-Luis Hernández se materializa con Taller de tránsfugas (1989). Esta obra continúa la intención de recrear la cultura clásica de su anterior libro. Esta vez, a través de dos historias del personaje mítico Dédalo: la del laberinto y la fuga de Teseo y Ariadna, y la del vuelo de Ícaro. En este contexto, el poeta consigue componer un libro sobre las huidas y las causas perdidas, en la que esté presente lo que podría denominarse la urdimbre insular, cosa que será esencial en la versión definitiva.
    A partir de su poemario Arbusto en el pantano (1991), se aleja de las dos propuestas anteriores y nos presenta un yo poético más narrativo, en el que confluyen temas como el exilio, la incertidumbre, la soledad, la crisis emocional, el fracaso, la vida vegetal, la experiencia americana y, sobre todo, un acercamiento a las obsesiones borgianas como la otredad y las grandes llanuras que nos conducen a los espacios más primitivos y graves de la voluntad humana, a lo que habría de añadirse la salida de la isla y su visión desde fuera. No es sólo huida lo que Domingo-Luis persigue, sino medir el rigor del sujeto poético desde el exterior, entre paisajes extraños y rostros desconocidos. El recuerdo de Homero al inicio de la Odisea aclara el tema.
    Con La llama ardiente (1998) Domingo-Luis Hernández vuelve a planear otro juego intertextual. Esta vez, apoyando sus poemas en versos de poetas culteranos, reúne temas amorosos y existenciales. Un año después compila una selección de doce de sus mejores trabajos publicados e inéditos hasta la fecha en el libro No más que la mañana [Poemas, 1986-1999].
    El escritor alcanza su madurez poética hasta el momento con el libro Todos los días (2006). A través de tres grandes tramos que aglutinan sus obsesiones líricas, la búsqueda de la amada, la metaliteratura y las relaciones de familia, con especial detenimiento en la figura paterna, el poeta recorre la soledad del amor, la otredad, el sentimiento del tiempo, la intertextualidad mediante referencias a Borges, Shakespeare, Tabucchi, Bach, Handke, Luis Mateo Díez, Coetzee, Strindberg, Conrad, Bacon, Balthus, etc. Asimismo, utiliza descripciones literarias, fórmulas narrativas próximas al microcuento, etc. Todo ello provoca que el libro aglutine buena parte de su trayectoria intelectual más reciente.
    Su trabajo académico desemboca en el ejercicio de la docencia como profesor titular de Literatura Española en la Universidad de La Laguna. Funda y dirige la revista La Página. Imparte clases en Copenhague y seminarios en algunas universidades españolas. Su actividad crítica solapa en parte su actividad creativa y publica los libros Roberto Arlt, la sombra pronunciada, Narrativa corta completa de Roberto Arlt, Luis Mateo Díez: los laberintos de la memoria (con Asunción Castro Díez), entre otros. Además, ha publicado numerosos ensayos sobre literatura latinoamericana (Borges, Rulfo, García Márquez, Piglia, Moreno-Durán, etc.), canaria (Rafael Arozarena, Pedro García Cabrera, Agustín Espinosa, Gaceta de Arte, etc.) y europea (Tabucchi, Chatwin, etc.).


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